Poca estima le queda ya al colectivo anti-todo. Ninguna consideración de la sociedad a unos incoherentes, incapaces de hacer valer "algo" para justificar su existencia, con una actitud absolutamente intolerante, radical y violenta, único colectivo junto a ETA al que se le tolera incumplir la Ley, valientes para increpar y acosar solamente a quienes saben que no le van a hacer frente porque son gente de paz.
Únicamente Rubalcaba (su fundador) y el actual Gobierno, dan muestras de apoyo a los mismos. Frente a esta plaga de irresponsables, estos días inunda nuestra ciudad millones de jóvenes, provenientes de todos los países del mundo, para traernos paz, amor y alegría, y enseñarnos que es posible la cordura, la generosidad, la educación, el civismo, el servicio a los demás, el sacrificio por los más necesitados, la convivencia de unos con otros por el acato de la Ley y el respeto mutuo.
Pienso que tienen que sufrir mucho estos encolerizados, por su bajeza moral, su ruindad y su servilismo a la izquierda. Además han cometido el error de comparar su miseria con la honorabilidad de los jóvenes que estos días nos honran con su visita. ¡Menuda diferencia entre ambos!
Basta salir estos días a la calle y observar a unos y a otros, a los chabolistas de Sol y a las riadas de jóvenes alegres y respetuosos que pasean por nuestra ciudad. Claro que la misión para la que fueron creados, la están cumpliendo: atacar a los católicos ahora y, a partir de noviembre, atacar al nuevo Gobierno que salga de las urnas.
Pablo Delgado