La entrada del Banco Central Europeo para frenar la escalada de la deuda portuguesa anima a los especuladores. La deuda portuguesa sufrió la semana pasada un rebrote en su precio y alcanzó el 7,6% en su rentabilidad, lo que obligó al Banco Central Europeo a intervenir comprando parte de la deuda. Eso tuvo una señal muy clara para los mercados: barra libre. Por eso no es de extrañar que tras unas semanas de relativa tranquilidad para el bono español, se haya vuelto a disparar su rentabilidad, así como el diferencial.
Y el problema no es tanto que el diferencial con el bono alemán crezca, que sí que importa, cuanto que el interés no vaya aumentando. Y es que la rentabilidad al 5,42% es una barbaridad ya que eso significa que la deuda española va a costar un dineral de aquí a 10 años. Y lo peor es que cada año es mayor el coste. El julio de 2009, la deuda del bono a 10 años se colocaba al 4,033%, mientras que el alemán lo hacía al 3,29%; en junio de 2010 se hacía al 4,54%, mientras que germano era al 2,57. Actualmente el bono alemán tiene una rentabilidad del 3,28% y el diferencial con el bono español es de 214 puntos.
Esto significa que el bono alemán cuesta colocarse, pero el español lo pasa fatal. Y quienes lo pagaremos seremos los españoles de aquí a 10 años cuanto tengamos que pagar esos intereses. Mientras, quienes ganan son los especuladores de los mercados financieros que ya no se bajan del 5%, conscientes de que siempre habrá una mano que saque del hundimiento al país ahogado.
Juan María Piñero
juanmaria@hispanidad.com