Zapatero evidencia que es fácil chantajear a su Gobierno
Tras el secuestro del pesquero Playa de Baquio por piratas, el Gobierno ha tomado medidas como enviar una fragata de la armada (pero sólo para impresionar), apostar por una solución diplomática y promover la intervención de la ONU para perseguir la piratería. La respuesta de los piratas hasta ahora ha sido clara: Money, Money.
Esto es todo lo que puede anunciar el Gobierno que cacarea que España es la octava potencia mundial: "Un potente y eficaz sistema colectivo de seguridad, mediante un mecanismo de disuasión y combate de la piratería en aguas del Océano Índico", en palabras del ministro Moratinos. Seguramente esto hará recapacitar a los piratas y devolverán a los secuestrados a España inmediatamente.
El Gobierno español insiste en aplicar el método de negociación que empleó con ETA y ha solicitado a Somalia que no intervenga, a pesar de conocerse le paradero de los terroristas. De hecho, el negociador enviado a la zona es Nicolás Martín Cinto, cuya experiencia en negociaciones se remonta a las conversaciones del Gobierno de Felipe González con Antxón en Santo Domingo.
El simple hecho de negociar repercute en la imagen exterior del país y en la percepción que los terroristas internacionales tengan de España. Es decir, si la negociación acaba convirtiéndose en claudicación, la seguridad de los españoles en el exterior peligrará, ya que piratas, secuestradores, extorsionadores y especies de la misma calaña tomarán nota de que el chantaje a España es fácil y barato.