A 30 de septiembre, la economía española crecía al 3,8%, algo que no se veía desde 2001, y podría cerrar el año con un 3,9. Al menos, eso dice David Vegara, secretario de Estado de Economía, para quien, además, en 2007 podría reducirse la inflación hasta el 2%, siempre con permiso del petróleo.

En resumen, una verdadera marca, que nos sitúa 1,2 puntos pro encima del crecimiento medio europeo, entre otras cosas gracias a la inmigración. Sin embargo, y a pesar de que el déficit continúa controlando, la Vicepresidencia económica no se plantea un camino de política: seguimos jugando a moderación salarial, a pesar de los bajos salarios vigentes en España, y a vivienda disparada, sin que Solbes se avenga a atender las reclamaciones de la ministra de Vivienda, Maria Antonia Trujillo, de multiplicar la vivienda protegida en sus distintas modalidades.

Es decir, que la economía española marcha muy bien pero las economías particulares marchan mal, tremendamente endeudadas por la hipoteca del piso y agobiadas por unos salarios bajos que a muchos jóvenes no les permiten formar un hogar.