• El presidente del BCE explica en la Eurocámara que la recuperación en la eurozona "pierde impulso".
  • Reconoce que con política monetaria no soluciona nada sin reformas para que baje el paro y fluya el crédito.
  • Y el ministro de Economía ya ha avisado que el "principal riesgo que afronta España es lo que puede ocurrir en Europa".
  • Los grandes objetivos de los Presupuestos para 2015, que el Gobierno prevé revisar al alza, dependen de la economía europea.
  • Montoro confía en que la reducción del gasto en los ministerios y la reforma fiscal permitan que el PIB crece en torno al 2%.
  • Bruselas vuelve a elogiar las reformas españolas y acusa a Italia y Grecia de quedarse atrás.

España puede hacer muchos esfuerzos con sus reformas para que la recuperación tome fuerza, pero depende de Europa, como ha reconocido hasta el propio ministro de Economía, Luis de Guindos, en la cumbre del G20 celebrada en Cairns (Australia). "El principal riesgo que afronta España es lo que puede ocurrir en el entorno europeo", dijo Guindos, haciendo hincapié en que si las principales economías europeas se ralentizan, el contagio en las expectativas sobre España es claro. Y Mario Draghi, presidente del BCE (en la imagen), ha confirmado esta mañana, en su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, que la recuperación de la eurozona "pierde impulso". Ha explicado que "después de cierta expansión en los últimos trimestres, el crecimiento de la zona euro y el PIB real llegaron a un punto muerto en el segundo trimestre de este año".

No sólo eso. Draghi ha añadido que los indicadores que han recibido este verano "son más débiles que lo esperado". Por eso ha vuelto a reclamar reformas estructurales a los países porque con la política monetaria no basta. "El inaceptablemente alto nivel de paro y el débil crecimiento del crédito frenarán probablemente la fuerza de la recuperación", ha dicho.

Y ahora toca buscar al culpable. El portavoz parlamentario del PP, Alfonso Alonso, ha querido curarse en salud ante los "malos augurios", apelando a los gobiernos socialistas de Francia e Italia para que se tomen en serio las reformas económicas.

Sobre Italia ha vuelto a advertir parcialmente hoy lunes la Comisión Europea. El estancamiento francés, mientras, ha sido el tema principal de la primera visita del primer ministro francés, Manuel Valls, a la Cancillería alemana.

A los europeos, y especialmente a Angela Merkel, les preocupa el parón de la economía francesa (PIB del 0% en el segundo trimestre) y Francia aspira a flexibilizar el calendario de reducción del déficit para no frenar el crecimiento. La intención de Valls es convencer a Merkel de que Alemania y Francia pueden dar pasos juntos para impulsar el crecimiento europeo. "Francia decide por sí sola lo que debe hacer, pero el acuerdo es indispensable", dijo Valls la semana pasada, al pedir un "diálogo sincero" entre París y Berlín.

En Europa preocupan Francia y también Italia (que está en recesión tras el -0,2% del segundo trimestre). Son la segunda y tercera economías de la UE, después de la locomotora alemana (-2% en el PIB del segundo trimestre también). Pero en España preocupa el impacto que el frenazo europeo, como ha reconocido Guindos, pueda tener en las previsiones del Gobierno. Precisamente, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, pondrá esta semana sobre la mesa del Consejo de Ministros las grandes líneas de los Presupuestos del Estado para 2015, elaboradas sin tener en cuenta el impacto posible de la ralentización europea. El proyecto prevé un techo de gasto no financiero de 129.060 millones de euros, el 3,2% menos que en 2014, un crecimiento del PIB del 1,8%,  y un déficit público del 4,2% (frente al 5,5% de este año). ¿Cómo cuadra todo esto: el Gobierno confía en reducir un 3,2% en el gasto de los ministerios y también en la reforma fiscal, que estimulará a su juicio la economía y el empleo. De hecho, ya ha señalado que espera revisar al alza esas previsiones. Hay un plazo hasta el 18 de diciembre para la aprobación final de los Presupuestos.

Hoy lunes, la Comisión Europea ha vuelto a elogiar en un informe las reformas estructurales españolas. El estudio compara el efecto reformista en cuatro países, España, Grecia, Portugal e Italia. "Tanto los esfuerzos de reforma como su eficacia varían entre los cuatro países, con España mostrando las señales más fuertes de que las reformas están empezando a dar sus frutos, seguido de Portugal, mientras que Italia y Grecia parecen quedarse atrás".

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com