Mientras, las previsiones para el PIB mundial rozan el 4%. Es decir, que la crisis golpea al primer mundo. El mundo libre está pagando su especulación financiera. Eso sí, los emergentes siguen comiéndole el terreno a la OCDE a cambio de salarios de miseria
Cuando Morgan Stanley -y JP Morgan le rebota- asegura que nos encaminamos hacia una nueva recesión mundial, quiere decir que es el Primer Mundo, al mundo rico, el Occidente libre, la zona donde la economía no crece. Es más, el problema es que el área de la OCDE, es decir, los 30 países que componen el mundo rico -cada vez menos ricos-, es decir, Occidente, crece al 0,2%, según los datos emitidos en la mañana del lunes por la institución económica que representa a los más 24 países más ricos del planeta. Hablamos del segundo trimestre del ejercicio, pero es que el área OCDE lleva cuatro trimestres en crecimiento agónico, prácticamente estancado.
En resumen, Occidente, el mundo libre -y esto es lo peligroso- es quien está sufriendo la crisis, provocada por su propia especulación financiera. Occidente se ha centrado en los mercados y ha abandonado la agricultura y la industria: aquí están las consecuencias de una economía especulativa, es decir, inmoral.
Eso sí, el crecimiento de los emergentes -especialmente China, India y Brasil (ninguna de los tres en OCDE)- supera el 8% anual y levanta la media global hasta ese 4%. Y no es para tirar cohetes, porque el esquema de crecimiento de los emergentes, especialmente de China e India, los dos países más poblados del planeta, no se basa en la especulación sino en la explotación laboral de sus súbditos.
Occidente no sólo ha abandonado el agro y la industria sino que además, sus 'city' financieras viven de la liquidez desbordante de los demás, especialmente los países productores de petróleo.
En cualquier caso, el mundo libre necesita una economía más justa, un rearme moral y comenzar a vivir de las rentas del trabajo y de las rentas empresariales, no de las rentas de capital. Es la única forma de que Occidente recupere su primacía: la moral y la económica.
Eulogio López
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