La experiencia americana demuestra el éxito académico y socializador de la educación diferenciada

Los varones españoles tienen un índice de fracaso escolar 14 puntos por encima de las mujeres y acumulan ¾ de los expedientes disciplinarios, según el informe PISA. Los defensores de la educación diferenciada por sexos responsabilizan a la enseñanza mixta de este fracaso.
Los datos los ofrece el presidente de la Asociación Americana de Educación Diferenciada, Leonard Sax, presente en Madrid el pasado jueves. El índice de éxito académico entre chicas americanas pasa del 69% de enseñanza mixta al 75% en enseñanza diferenciada. En cambio, entre los chicos, la diferencia es del 55 al 85%. Y todo ello con alumnos del mismo estrato social y con los mismos profesores.
La razón estriba en la diferencia cerebral y psicológica entre hombres y mujeres. Entender las diferencias de género garantiza un mejor resultado. Por ejemplo, las chicas no se sienten atraídas a la informática cuando se les presenta como el instrumento para el diseño de coches de carrera. Por lo mismo, la capacidad de estar sentados, callados y atendiendo en los chicos de 6 años es la mitad que en las chicas de su edad. Por eso el profesor Sax recomienda que los niños de 6-7 años puedan aprender en clases ruidosas y sin sillas. De adolescentes, la formación de equipos competitivos funciona muy bien entre hombres y no tan bien entre mujeres.
Quienes rechazan la educación diferenciada argumentan que se pretende regresar a la educación en la que la mujer es educada para labores domésticas. En Gran Bretaña justifican el rechazo en una negativa al regreso a una educación victoriana. Por supuesto, los defensores de la educación diferenciada  no pretenden encasillar a las mujeres en el hogar, sino ofrecer una educación más acorde a cada personalidad.
Otros críticos comparan la educación diferenciada con la segregación entre blancos y negros. Un mal argumento porque las diferencias raciales no marcan una diferencia mental sustancial; la sexual, sí. Diferencia que no hace a unos mejores sobre los otros, sino simplemente diferentes. De ahí la diferenciación.

¿Beneficios? La violencia en la escuela pasa de 50 a 1. Las cifras de fracaso, descienden. La socialización no se reduce, sino al contrario se acrecienta: las mujeres educadas en diferenciada reconocen haber tenido más citas románticas que las mujeres educadas en mixta. Por último, la igualdad de oportunidades, se acrecienta. La probabilidad de acceder a la Universidad se incrementa ligeramente, pero el incremento es muy superior en mujeres que acceden al posgrado y en líderes políticos. La primera mujer astronauta, la primera directora del Instituto de Salud, la primera gobernadora de Kansas, la primera secretaria de Estado, Condolezza Rice. Todas estas mujeres que han roto el techo de cristal han sido educadas en escuelas diferenciadas.
Pero es que además, hay un argumento de libertad y de equidad social. En Estados Unidos la educación diferenciada se prohibió en la escuelas públicas en 1975. Pero en los años 90, algunos senadores republicanos empezaron a plantearse por qué ellos podían llevar a sus hijos a colegios privados diferenciados y los americanos con menos recursos, no. Los demócratas reaccionaron apelando al principio de igualdad y al rechazo del segregacionismo. Pero la polémica fue finalmente resuelta por la senadora demócrata Hillary Clinton. La actual canciller americana presentó una enmienda en el 2002 en la que justificaba la apertura a la educación diferenciada en la defensa de la libertad de elección y la garantía de la equidad. El prestigio y la autoridad de Clinton permitió que la enmienda fue votada unánimemente. Desde entonces las escuelas públicas diferenciadas no han dejado de crecer en Estados Unidos. Actualmente suman 540 escuelas que desarrollan la educación con notable éxito.
Mientras tanto, en España, la comunidad cántabra niega el concierto educativo a colegios con educación diferenciada. Y en Galicia, el ejecutivo Touriño también dejó sin subvenciones a 5 colegios gallegos de educación diferenciada 48 horas antes de abandonar el poder.

Probablemente a los españoles nos hace falta una Hillary Clinton.