"Demasiado a menudo se aprecia que la gente tiene miedo a dejar espacio a la dimensión religiosa de la vida, que es inherente al corazón humano", dijo el cardenal Bertone en la beatificación de Antonia Maria Verna (1773-1838), quien lamentó la tendencia "a esconderla al ámbito privado de la persona".
Esta actitud empobrece grandemente la actividad educacional". El mensaje de la madre Verna: "nos invita a no tener miedo a educar a la gente en las decisiones que exigen que Jesús continúe presente en la Iglesia", afirmó también.
Y es que colaborando con las autoridades civiles de su época, la madre Antonia se comprometió con una forma de educación... que podía llegar a un mayor número de niños y ayudarles a desarrollar todas las dimensiones de su personalidad, completa y armoniosamente.
Y es que dejar de lado la dimensión religiosa de la persona empobrece la educación. "Para muestra un botón", se suele decir. Estamos saboreando los amargos frutos de una educación que ha prescindido de ella.
Jesús Martínez Madrid