El problema de la educación es que no es un derecho, como afirman los asaltantes de colegios de salesianos (en la imagen el que fue asaltado), intrépidos luchadores por la libertad. No es un derecho sino una obligación, que es distinto.
Obligación de los padres a educar a sus hijos, no a forzarles a que hagan novillos sino animarles a ir al cole. Deber de los estudiantes de aprovechar los estudios que sus padres ponen a su disposición. Deber de los educadores de informar y formar a sus discentes y deber del Estado de facilitar los medios necesarios para una buena educación. Deberes, no derechos.
Nadie tiene derecho a cumplir años de estancia en formación profesional o en la universidad. Y sobre todo, nadie tiene derecho a suspender indefinidamente mientras el conjunto de los ciudadanos, o los padres, les pagan sus estudios eternos.
A partir de este distingo se entiende todo, en particular lo que debería evitarse.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com.