Sr. Director:

Resulta repulsivo que vayamos para atrás como el cangrejo. Acudí a la embajada de España, aquí en México, al enterarme de que a los sres. que cumplieron 60 años se les estaba otorgando una pensión, muy jugosa, inclusive a aquellos que no lo necesitan, porque a diferencia de un servidor, a ellos la fortuna les ha socorrido.

Pues cuál sería mi sorpresa al enterarme por un funcionario de la embajada, que esa pensión sólo se otorga a los republicanos e hijos de estos, porque ellos sufrieron mucho, en el dorado exilio, en que doblones de oro del banco de España eran descargados en el puerto de Veracruz, en México. Independientemente de esta felonía, y a pesar que yo soy un demócrata de toda la vida, que siempre soñé que la democracia sería realidad en España, y de ello estaba muy orgulloso, es lamentable que existan españoles, como yo, de segunda, aunque sea español de origen. Porque nuestros familiares, y yo, si estamos aquí, es por necesidad de lo que no tuvimos en nuestra patria.

Y pregunto yo, ¿nosotros no sufrimos? ¿O está politizada la seguridad social? ¿O será partidista la justicia que impera? ¿O dónde está la democracia? Que venga Dios y lo vea, señores.

 

Jose Maria Fidalgo

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