Publicamos hoy la conferencia pronunciada por Jorge Fernández Díaz, secretario general del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados, en el acto de apertura del Curso Académico en la Universidad católica de Murcia (UCAM). Su título : Política y valores cristianos en la España de hoy.

Léanla despacio, porque es una verdadera gozada. Hacía tiempo que no leía una conferencia que coincida con el viejo adagio chestertoniano (que no de Antonio Gala): Lo divertido no es lo contrario de lo serio, sino de lo aburrido.

Lo que podríamos llamar la tesis principal consiste en aclarar que la identidad de España es el cristianismo mejor, el catolicismo- lo que no implica que la identidad del catolicismo sea la unidad de España. Quienes me siguen saben que no me distingo por un patriotismo desaforado. Sencillamente, me siento español y a mucha honra. Este país tiene una historia con luces y sombras, pero algunas de esas luces merecen ser contempladas. Lo que quiero decir es que Fernández no cae en el vicio de utilizar a la Iglesia para defender la unidad de España o para cargar contra Zapatero, por muy anticristiano que sea el Presidente (que lo es). España no se recristianizará, esto es, no volverá a ser ella misma, el día en que el PP recupere el poder. De hecho, cuando lo tuvo, el proceso de descristianización de los españoles avanzó a pasos agigantados.

Por otra parte, Fernández reclama una España de todos, donde no se confunda pluralidad con pluralismo, relativismo con democracia ni cristianismo con sectarismo. Y lo explica muy bien, trayendo a la historia al Presidente, como corresponde. Curiosa coincidencia, porque el pasado jueves, durante su discurso de investidura como presidente de la Generalitat, alguien, muy alejado de Fernández, el socialista José Montilla, proponía aparcar el debate identitario (es decir, nacionalista). El problema, señor Montilla, es que la gente necesita sentirse algo : si no es un ideario será una ideología, si no llega ni a ideología, será una tontería, por ejemplo, un ultrasur o un latin king. Y, segunda parte, ese ideario debe ser real o acabará en enfrentamiento civil. Se es lo que se es. La respuesta a lo que es el español, prendido como todo hombre de su historia, está en el discurso de Fernández. Al patriotismo de Fernández me apunto yo ahora mismo. Al del centro reformismo del Partido Popular, menos. Léalo señor Montilla. Léalo señor Rajoy.

No es extraño que Fernández constituya uno de los blancos favoritos de Federico Jiménez, representante de esa España unida como fin. Lo que no sé es cuánto podrá durar Fernández en un partido como el PP, donde la autoridad no permite debate alguno sólo el debate de los principios cristianos, que son, miren por dónde, lo único que une a sus votantes.

Hablando de don Fede, la famosa carta leída de Luis del Olmo pidiendo a los obispos que expulsen de la COPE a Federico Jiménez y a Pedro J. Ramírez resulta de lo más pertinente. En efecto, convertir a esta pareja de usurpadores en referente moral de un medio confesionalmente cristiano es peligroso. Sólo una pega. Luis del Olmo no es quién para dar lecciones de periodismo cristiano a los obispos. De periodismo no sé, pero de cristiano más bien poco. La misma carta debería haberla firmado cualquier otro.

Eulogio López