Durante la crisis de precios de los alimentos de 2007-2008 se citaron como causas principales el desequilibrio entre producción y consumo, la demanda, la escasez de reservas de grano, el auge del consumo para biocarburantes, los altos precios de la energía y otros.
Existe sin embargo evidencia de que una de los factores que contribuyeron a empeorar esta crisis fue la entrada de inversiones no habituales en los mercados internacionales, las deficiencias de funcionamiento de éstos, así como las medidas políticas que algunos gobiernos tomaron para asegurarse el aprovisionamiento, como intervenciones en los precios o medidas restrictivas al libre comercio.
El Instituto de Investigación de Política Agraria (IFPRI) ha editado un documento sobre esta cuestión (When speculation matters; Cuando la especulación importa) en el que se analiza este fenómeno, que comenzó como una consecuencia y no una causa de la crisis, pero que contribuyó a exacerbarla, aumentando aún más los precios y su volatilidad.
Domingo Martínez Madrid
domingomez11@gmail.com