• Sólo en el mes de enero perdió 44.000 clientes.
  • El Zapaterismo perjudicó a las empresas que más invertían en red, especialmente Telefónica, Vodafone y Orange, en beneficio de los virtuales.
  • La conclusión es obvia: no quiero invertir para los demás.
  • Y ojo, porque la red podría estar aproximándose al colapso.

Desde que la CMT (ahora "sección telecomunicaciones" en ese nuevo gran almacén de la regulación multisectorial) nos regala mes a mes los datos del sector, altas, bajas, portabilidades y crecimientos, es bastante frecuente asistir, con un par de días de anticipación, a la publicación de los mismos en algún medio amigo. Amigo del que ha salido ganando ese mes, claro.

En esta ocasión no hemos leído nada previo, nos hemos enterado todos a la vez, con la correspondiente nota de prensa de la CMT. Y dando un vistazo rápido al texto se puede adivinar el porqué.

Mientras los operadores móviles virtuales, esos grandes salvadores de la patria, siguen ganando público, la versión española de France Telecom, Orange, ha visto desfilar a más de 44.000 de sus clientes hacia otros operadores, sólo en el mes de enero. No sólo pierde líneas, sino que es el operador que más pierde de todos. Un susto, imagino, para sus responsables en España, tras largos meses de acomodo y de presentar unos resultados que soñaron que les dieran paz durante una temporada.

Pero no hay tregua. Los clientes de telecomunicaciones, en especial los de móvil, deben ser los más volátiles de toda la industria española. Todos los operadores reciben, cuando menos se lo esperan, la correspondiente cura de humildad a favor de otro, que suele ser el que el mes pasado estaba de capa caída. Y la compañía naranja, tan confortablemente instalada en la captación de clientes, se ha debido olvidar de fidelizarlos y está empezando a verle las orejas al lobo -o a cualquiera de sus animales tarifarios-.

Entre eso y que son los únicos que aseguran que seguirán regalando a dos manos teléfonos inteligentes a quien se les acerque, alimentando una estrategia de dispositivos que ya ha cumplido un ciclo, aunque Orange se niegue a verlo, ya veremos cómo hace el amigo Jean Marc Vignolles (en la imagen), Ceo de France Telecom en España, para seguir pidiendo dinero a la matriz en los próximos tiempos. Dinero, y mucho, porque mientras echa el resto en el aparato comercial, la filial española de FT está descuidando gravemente el despliegue de nuevas infraestructuras, sin pensar que llegará más pronto que tarde el día en que los clientes cambiarán terminales baratos y tarifas león por una red potente y sólida que sustente sus comunicaciones. Y entonces lo mismo es tarde.

En cualquier caso, la mala marcha de Orange, tras un 2011 triunfal, no es una buena noticia. El Zapaterismo ha perjudicado a aquellos terminales de referencia, es decir, los que invertían en redes (sobre todo los tres grandes: Telefónica, Vodafone y Orange) y ha beneficiado a los virtuales, es decir, a los que no invierten en España. Respuesta: invertir menos con el correspondiente peligro de colapso d la red.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com