En la mañana del viernes 30 se celebraba la ceremonia oficial de la adhesión de 10 nuevos Estados miembros a la Unión Europa con la solemne izada de banderas en la sede de la Comisión Europea en Madrid. La comisaria Europea de Energía y Transportes, Loyola de Palacio, presentaba el acto "con ilusión e impulso ante las oportunidades en esta tarea fascinante, que es construir Europa".

 

En su opinión, la Unión Europa es la manera "racional" de afrontar la mundialización. "En este entorno, la UE puede convertirse en un foco de solidaridad y de trabajo por un mundo más solidario en defensa de los derechos humanos", señaló. Además, De Palacio quiso afrontar la incorporación de los 10 nuevos Estados miembro como "una cuestión de principios, un deber ético y moral de superar los dramas y los horrores del siglo XX. Un proceso que culminará con la incorporación de Rumanía y Bulgaria en el año 2007 y la resolución definitiva de los Balcanes". La nueva Europa de 25 miembros es una Europa que crece de 11 a 20 lenguas, que aumenta su población en 75 millones de habitantes y en un 20% de territorio, alcanzando 2.000 kilómetros de frontera con Rusia. "Con la ampliación extendemos las fronteras hacia al Este de manera definitiva", señaló la comisaria de Energía y Transportes.

 

No habrá, según De Palacio, una avalancha de trabajadores del este europeo. Sí habrá en cambio "una disponibilidad de trabajadores cualificados y con papeles". Tampoco habrá, en su criterio, una deslocalización industrial debida exclusivamente a la diferencia del coste de mano de obra. "Las inversiones dependen, además, de otros factores, de manera que de lo que haga la Europa de los Quince dependerá el mantenimiento de la industria en sus países", señaló.

 

En cuanto a los fondos de cohesión, Loyola de Palacio considera que se han dado los pasos correctos para que ningún país o región deje de recibirlos por el mero efecto estadístico: "Lo que deseo como española es que España tenga un nivel de desarrollo que nos permita ser solidarios con los demás". Para eso, según De Palacio, hay que seguir avanzando "en la misma línea que en los últimos ocho años, por ejemplo, que nos ha permitido acortar casi 9 puntos en nuestro nivel de convergencia". La comisaria europea se mostró confiada en que su hasta hace poco tiempo colega, Pedro Solbes, seguirá el mismo impulso de convergencia que nos coloque en el año 2006 en el 90% de la renta media comunitaria.

 

La anécdota de la jornada la tuvo el propio acto de izada de banderas. Un acto institucional con banda militar de fondo que tocó el Himno de Europa, mientras los embajadores de los 10 nuevos Estados europeos izaban las banderas en los nuevos mástiles. Un momento muy entrañable abarrotado de políticos y periodistas, y desprovisto de pueblo llano, ajeno a la realidad europea. Y esta es la gran debilidad de Europa: la distancia entre la euroburocracia y el pueblo. Una debilidad que se evidenció en el "derribo" de las banderas colocadas en el suelo a la mínima brisa primaveral.