En la mañana del viernes 30 se celebraba la ceremonia oficial de la adhesión de 10 nuevos Estados miembros a
En su opinión,
No habrá, según De Palacio, una avalancha de trabajadores del este europeo. Sí habrá en cambio "una disponibilidad de trabajadores cualificados y con papeles". Tampoco habrá, en su criterio, una deslocalización industrial debida exclusivamente a la diferencia del coste de mano de obra. "Las inversiones dependen, además, de otros factores, de manera que de lo que haga
En cuanto a los fondos de cohesión, Loyola de Palacio considera que se han dado los pasos correctos para que ningún país o región deje de recibirlos por el mero efecto estadístico: "Lo que deseo como española es que España tenga un nivel de desarrollo que nos permita ser solidarios con los demás". Para eso, según De Palacio, hay que seguir avanzando "en la misma línea que en los últimos ocho años, por ejemplo, que nos ha permitido acortar casi 9 puntos en nuestro nivel de convergencia". La comisaria europea se mostró confiada en que su hasta hace poco tiempo colega, Pedro Solbes, seguirá el mismo impulso de convergencia que nos coloque en el año 2006 en el 90% de la renta media comunitaria.
La anécdota de la jornada la tuvo el propio acto de izada de banderas. Un acto institucional con banda militar de fondo que tocó el Himno de Europa, mientras los embajadores de los 10 nuevos Estados europeos izaban las banderas en los nuevos mástiles. Un momento muy entrañable abarrotado de políticos y periodistas, y desprovisto de pueblo llano, ajeno a la realidad europea. Y esta es la gran debilidad de Europa: la distancia entre la euroburocracia y el pueblo. Una debilidad que se evidenció en el "derribo" de las banderas colocadas en el suelo a la mínima brisa primaveral.