- Una decisión tomada por Juan Carlos I en solitario, para asegurar la proclamación de su sucesor, el Príncipe Felipe.
- Ya hemos dicho que la salida de Rubalcaba ha sido clave. Y la decisión del PSOE balear lo demuestra.
- Pero la izquierda se ha lanzado al guerracivilismo
- Lo más sorprendente: el Duopolio, tan mimado por la Monarquía durante lustros, jalea el republicanismo.
- Atresmedia y Mediaset se convierten en portavoces de secesionistas y antisistema.
- El Gobierno Rajoy aprueba la ley para la sucesión con la máxima celeridad.
La Familia Real se enteró de la abdicación del Rey el pasado fin de semana. Considerando que la noticia se hizo pública a primera hora de la mañana del lunes, las conclusiones salen por sí solas. SM la Reina, abducida por el Nuevo Orden Mundial (NOM), enlazó su viaje a Bilderberg con su visita a Naciones Unidas para la Asamblea de UNICEF y para ser recibida por uno de los puntales del NOM, el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon. No ha parado en Madrid.
Para entendernos, una cosa es que el Rey haya meditado mucho en su abdicación y otra cosa es que haya sido una decisión meditada. No hay monarca que no baraje la idea de dimitir como hipótesis de trabajo y otra cosa es que hablamos del hombre que se resistió a la campaña pro-abdicación lanzada tras su 'desliz' en Botsuana.
Pero por hastío ante las críticas permanentes y por la dimisión de Rubalcaba en el PSOE, Juan Carlos I acelera su decisión. Quiere que su hijo tenga el mayor apoyo parlamentario en su proclamación, por lo menos, el apoyo de los dos grandes partidos, probablemente más UPyD y otras formaciones menores. CIU es una incógnita.
En el PP lo tienen claro, salvo que a la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, le dé por hacer gala de su republicanismo. Pero no parece.
Con el PSOE no tanto. Ahora mismo el partido de Felipe González es como una jaula de grillos, como demuestra la salida de pata de banco de los socialistas de Baleares, que también reclaman un referéndum. El Rey no se fía de lo que viene y por eso ha acelerado y ha pedido al Gobierno que acelere la proclamación de Felipe VI como Rey de España.
Otra cosa es que Mariano Rajoy haya aprovechado para defender una vez más, el bipartidismo. La verdad es que para pararle los pies a los demagogos de Podemos, a la III República de los comunistas de Cayo Lara y a los secesionistas catalanes o vascos, CIU y compañía no hacen falta un gobierno de concentración como el propuesto por Felipe González. Basta un 'congreso de concentración', de alianza, sobre materia que PP y PSOE consideran claves, por ejemplo, el modelo de Estado.
Quizás, en esta ola de republicanismo lo que más llama la atención es la actitud del Duopolio televisivo Tele 5-Antena 3. El mismo Duopolio que se ha constituido gracias a las privilegiadas concesiones de canales de televisión por parte de los gobiernos de la Monarquía, jalearon el republicanismo nada más conocerse la noticia, con un gran despliegue y cámaras a disposición de todo aquel que quiera terminar con la Monarquía. José Manuel Lara y los chicos de Silvio Berlusconi están enfadados por el cierre de algunos de sus muchos canales (tres de ocho y dos de ocho, para ser exactos) y han decidido colaborar en el movimiento pro- Tercera República.
Así que las Cortes tienen trabajo en junio. Aprobarán, a velocidad de crucero, la proclamación de Felipe VI como Rey de España en menos de un mes, con ley orgánica incluida. Se trata de hacerlo cuanto antes, no vaya a ser que se consolide el movimiento de indignados contra la Zarzuela.
Y a todo esto, ¿qué va a cambiar de Juan Carlos I a Felipe VI Pues nada. En cuanto pase el sarampión nos olvidaremos de Juan Carlos I y empezaremos a analizar a Felipe VI... quien, como diría un castizo, tiene un buen marrón por delante.
Aquí lo preocupante no es el recambio en la Jefatura del Estado sino que, cualquier cosa sirve para montar una bronca, para el guerracivilismo.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com