- Montoro desmiente que vaya a dimitir, pero lo cierto es que los siete ministros que acompañaron a Bruselas a Mariano Rajoy acusan un cierto cansancio.
- La decisión de Rajoy de situar a Soraya Sáenz de Santamaría al frente de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos ha molestado a más de uno.
- En ausencia del presidente era Montoro quien dirigía las reuniones, ya que se aplicaba el orden de precedencia.
- Es evidente que el ministro de Hacienda está mucho más versado en asuntos económicos que la vicepresidenta.
- Y mientras, De Guindos sueña con un puesto en Europa. Por ejemplo, sustituir a Almunia.
El Ministerio de Trabajo ha desmentido mediante un comunicado enviado a los medios de comunicación que Cristóbal Montoro (en la imagen junto a Sáenz de Santamaría y De Guindos) esté estudiando la posibilidad de dimitir y ha puesto enorme empeño en demostrarlo.
De hecho, hasta adjunta un audio para demostrar que sus palabras fueron mal intepretadas por un periódico. Sin embargo, es un secreto a voces que aunque Montoro no dimita, el equipo económico del Gobierno acusa un desgaste considerable tras tan sólo un año y medio en el poder. A Rajoy no le gustan las crisis de Gobierno, pero la decisión de Rajoy de situar a Soraya Sáenz de Santamaría al frente de la comisión delegada de Gobierno para asuntos económicos no ha sido del agrado de algunos de los ministros cuyas carteras están relacionadas con la economía.
La vicepresidenta ha cerrado la puerta a otros posibles candidatos a una vicepresidencia de Gobierno para asuntos económicos. Así, según la disposición publicada esta semana en el el BOE señala que "se modifica la composición de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos para incluir expresamente, como miembro de la misma, a la Vicepresidenta del Gobierno y Ministra de la Presidencia".
En ausencia del presidente, es ella la máxima responsable de la comisión, y no el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ni el de Economía, De Guindos. Ellos se sentarán en el Consejo como alumnos aventajados, pero tendrán un trato de igual a igual con Ana Pastor, Fátima Báñez, José Manuel Soria y Miguel Arias Cañete. A la reunión también tiene acceso Margallo, ministro de Asuntos Exteriores, así como el resto de los miembros del Gobierno cuando sean convocados. Su secretario es Álvaro Nadal, director de la Oficina Económica de La Moncloa.
Es probable que Montoro, sobre quien corre el infundio de que no habla inglés y por ello no se le nombró vicepresidente, no dimita, pero está más dotado para la economía que la vicepresidenta, y ello es indudable. Sus puntos fuertes son la capacidad de formar equipos competentes y saber rodearse de gente de valía. Y sabe lo que ocurre en su ministerio al detalle.
Y mientras, De Guindos sueña con irse a Europa y sustituir a Almunia como comisario de la Competencia cuando venza su mandato. Le ha tocado el papel más ingrato de todos: llevar las riendas de la economía en un momento de crisis mundial tan grave que no hay modelos de análisis que sirvan para estudiarla.
Sara Olivo
sara@hispanidad.com