Ante la pretensión de algunos de proponer una ley que permita la eutanasia, eso sí, camuflada, me parece conveniente hacer una reflexión. El anterior Gobierno lo tenía como prioritario.
En el mes de febrero se celebró en Italia una Jornada por la Vida bajo el lema: "La fuerza de la vida, un desafío en la pobreza". Estas situaciones, dijo el Papa el día siguiente, "obligan a promover un desarrollo humano integral para superar la indigencia y la necesidad", y sobre todo recuerdan que la finalidad del hombre "no es el bienestar, sino Dios mismo, y que hay que defender la existencia humana y favorecerla en cada fase". Y es que de hecho, nadie es dueño de su propia vida, por lo que todos estamos llamados a custodiarla y respetarla, desde el momento de la concepción, hasta su muerte natural. Creo que es importante recordarlo.
Valentín Abelenda Carrillo