- El juez considera que el equipo directivo debió presentar antes el concurso de acreedores.
- La compañía ya venía mermada por la nefasta gestión de Marsans y la escandinava SAS.
- Ferrán Soriano heredó de Marsans la manía por la venta anticipada de billetes.
- Spanair formó parte del otro ensueño nacionalista catalán: tener un 'hub' en el aeropuerto de Barcelona y una Iberia catalana.
Un juzgado de lo Mercantil de Barcelona condena al Consejo de Administración de la desaparecida compañía aérea Spanair y a la empresa pública catalana Avançsa a pagar 10,8 millones de euros por la quiebra de Spanair.
Por cierto, el fallo dictamina no sólo que debió pedirse antes el concurso de acreedores sino que, además, a pesar de la situación crítica de la compañía, su principal gestor, Ferrán Soriano, siguió con la venta de billetes anticipadísima, una técnica habitual en el quebrado grupo Marsans, que, junto a la escandinava SAS, realizó una gestión nefasta de Spanair.
El asunto tiene trasfondo político, porque Spanair formó parte de un ensueño nacionalista catalán: el de disponer de un 'hub' en el aeropuerto de Barcelona y el de disponer de una Iberia catalana, una compañía de bandera.
Al final, Spanair perdió la batalla frente a Air Europa y todos sus trabajadores se quedaron en la calle.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com