La noticia económica más luctuosa del verano son los mortíferos efectos que la crisis económica está teniendo sobre el negocio de la prostitución, un sector muy respetable que atraviesa momentos de franca depresión, incluso recesión.

Menos mal que la agencia EFE nos ha puesto los datos delante de la cara. En un reportaje que merecería el Pulitzer, la agencia pública española nos informa de los extremos a los que hemos llegado en un sector que ocupa a tanta mano de obra. Escuchen: Natalia es panameña... una de las 400.000 mujeres -¿dónde estará el censo?- que ejercen en España y que se ha visto afectada por la crisis. "Cuando empecé en esto cobraba unos sesenta euros por un completo y ahora cobro treinta o cuarenta".

Y el Gobierno sin tomar medidas, una vergüenza.

Ha sido la noticia del verano, la que con más tino muestra la imbecilidad políticamente correcta en la que nos movemos. El autor no ha dedicado ni una línea al trasfondo de la cuestión, a un sector económico donde una mujer vende su cuerpo, un proxeneta la esclaviza y un mezquino paga por un momento de sexo animal. Eso sería una cuestión moral y la gente seria no habla de moral, no sería profesional.

La gente seria, progresista, omite la moral de la misma forma y con el mismo ánimo con el que los victorianos evitaban citar la palabra "pantalones" delante de una dama.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com