El editor más poderoso de España, el que según él, quita y pone ministros, o al menos eso hacía con el PSOE, se ha aliado con los Botín. Isabel Polanco, consejera del grupo Prisa, fruto del primer matrimonio de Polanco, fogueada en el departamento de Recursos Humanos y hoy como ejecutiva de Ediciones Santillana, origen del emporio Polanco, se ha convertido en consejera de Banesto, propiedad del Santander Central Hispano y presidido por Ana Patricia Botín, hija de Emilio Botín.

Los Botín y los Polanco, es decir, el hombre más rico y el más poderoso, mano a mano en la marca bancaria más señera del panorama español. Conste que la idea ha sido de Ana Patricia, no de su padre, que desde tiempo atrás mantiene una amistad con la hija de Polanco. Isabel se caracteriza por la discreción más absoluta, pero se ha planteado como la alternativa a su primo Javier Díez Polanco, como sucesor del editor. Es más, el propio don Jesús (con el don delante) se plantea partir el imperio entre ambos: la Galaxia Guttemberg para Isabel, y la Galaxia Marconi, el mundo audiovisual, para "Polanquín".

Pero al plato le faltaba un hervor. Señores: la familia Del Pino vuelve al Santander Central Hispano, donde fueron consejeros y acabaron a tortas con José María Amusátegui. Hablamos de Rafael Del Pino hijo, presidente de la constructora Ferrovial y, con permiso de su padre homónimo, algo más importante que presidente: propietario. Don Rafael no es nada discreto, y además está enfadado con la humanidad en general y, más en particular, con todo aquel que se le pone delante. Pero es un buen gestor, eso nadie lo puede dudar.

Y las tres familias son progresistas, liberales, abiertas... y millonarias, condición esta última que siempre ha facilitado las dos condiciones anteriores.

La presidenta de Banesto quiere crear su propio consejo y llenarlo de VIPS. En su día intentó la entrada de Iñaki Urdangarín, una forma de entroncar con la familia real, algunos de cuyos allegados se sintieron muy molestos con su padre cuando les expulsó de la constructora Dragados. Bueno, Urdangarín no sería mal florero, pero Del Pino e Isabel Polanco resultan mucho más prometedores.

Según Ana Patricia, ninguno de los dos se ha comprometido a invertir. Bueno, eso parece difícil de creer. Pero, en cualquier caso, en Can Polanco pueden estar contentos: primero fue el consejero delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián, quien obtuvo una vocalía en el Consejo de Bankinter. Ahora es una Polanco quien entra en Banesto. Ya sólo queda que el propio don Jesús fuera nombrado presidente de la matriz, SCH.

El único que sale perdiendo con todo esto es José María Aznar. Pero eso, a Polanco le importa bien poco.