Noticia no es que el Santander compre un banco inglés, sino que Jaime Botín abandone la vicepresidencia primera del Santander Central Hispano y sea sustituido por Fernando Asúa, a quien, todo hay que decirlo, el ex presidente José María Amusátegui calificaba de traidor.

 

Y no menos sorpresa es que Emilio Botín coloque a Javier Botín, su hijo pequeño, veinteañero, su favorito, en el consejo del primer banco del país. En este momento, el presidente cuenta con hijos en el Consejo: Ana Patricia, Emilio y Javier.

 

Jaime siempre ha sido el sustituto de Emilio, además de su principal valedor. Era el enlace con la nueva generación. Por eso, todo indica que su salida puede suponer la conversión de la tercera generación Botín, la de Ana Patricia (la cuarta, si lo prefieren) en una generación de banqueros rentistas dentro de la concentración acelerada de la nueva banca mundial.

 

En cualquier caso, el futuro de Emilio Botín no pasa ni por el Abbey, ni por Royal ni por el Bank of América, tampoco por el San Paolo IMI. Pasa por la juez de la Audiencia Nacional, Teresa Palacios, y por los magistrados de la Sala que le juzgará en los casos Amusátegui y Corcóstegui y en el aún más peliagudo caso de las cesiones de crédito.