Cuando se ha hecho tan difícil cantar la condición natural del ser humano, en su doble modalidad masculina y femenina, un manto de silencio se ha extendido por miedo a las amenazas del 'lobby' homosexual.
Silencio que se debe no tanto a cobardía cuanto a falta de libertad. En estas circunstancias, es admirable el valor de Hispanidad, que no se amohína.Yo creo que al homosexual hay que respetarle, máxime que lleva un sufrimiento interior que tratan de disimular.
Da la impresión de que el colectivo referido trata de que se repriman valiéndose de la palabra "orgullo", tan contraria a lo que verdaderamente sienten.
Elvira Gómez Rodríguez