Según el presidente brasileño, Lula da Silva el sexo es una necesidad, por lo que oponerse al condón es una hipocresía… que es lo que hace la Iglesia Católica. Con tan espléndido argumento, Lula ha remozado, tras las elecciones, un discurso muy propio de las antiguas dictaduras marxistas, en las que no había libertad, salvo para las relaciones sexuales sin compromiso y el aborto posterior.
La verdad es que, si consideramos la primera legislatura del presidente brasileño, marcada por la corrupción de sus más cercanos colaboradores, deberíamos concluir que robar dinero público y aprovecharse de un cargo político para enriquecerse constituye, asimismo, una necesidad ineludible del ser humano, y oponerse a ello una radical hipocresía.
Pero eso no lo ha dicho Lula.
La Iglesia brasileña ya le ha respondido.