Ante el bochornoso espectáculo que se ha ofrecido por la mayoría de los grupos en la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados, en la que se debatió y rechazó una proposición no de ley para revisar "los beneficios fiscales" de la Iglesia Católica y promover su "completa autofinanciación", me parece que es bueno conocer que la Iglesia Católica atiende a cerca de 1.400.000 niños que asisten a centros educativos.

También a más de 200.000 inmigrantes en distintos servicios y centros. Ayuda a los privados de libertad de 77 cárceles de la Península. Asimismo, a más de 50.000 niños y jóvenes de educación especial. Alrededor de 25.000 huérfanos. Y por último, a más de 57.000 ancianos en situación precaria.

También la Iglesia Católica trabaja a diario en más de 200 centros hospitalarios, ambulatorios y dispensarios. 876 casas para ancianos, enfermos crónicos, inválidos y minusválidos. Cerca de 900 orfanatos y centros para la tutela de la infancia. Más de 300 guarderías. 365 centros especiales de educación o reeducación social. 144 centros de caridad y sociales y 300 consultorios y centros para la defensa de la vida y la familia.

Asimismo, la Iglesia Católica trabaja en 147 países donde están cerca de 18.000 sacerdotes, religiosos, religiosas y seglares que realizan una misión catequética y asistencial. También tiene más de 5.000 centros de Cáritas distribuidos por todo el territorio nacional. De acuerdo con su "Memoria 2010", más de 950.000 personas participaron en alguno de los programas de acogida y asistencia que ofrecieron a las personas desfavorecidas que, desde que estalló la crisis económica en  2008, se han disparado.

Más del 60% de estas personas acuden a los centros de la Iglesia Católica, derivadas por los ayuntamientos de todas las provincias. Si se le exige pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), faltarán recursos y muchas personas se quedarán sin comer.

Entre los que acuden a los comedores sociales y a los centros de acogida, ya no existe un perfil concreto: "Antes venían más mujeres pero ahora ya no hay distinciones, aunque los menores de 30 años cada vez acuden con más asiduidad". Los inmigrantes siguen siendo uno de los grupos con más necesidades.

Una gran labor social está llevando a cabo la Iglesia Católica. Ademá,s toda esta asistencia es totalmente gratuita.  

Clemente Ferrer
clementeferrer3@gmail.com