Sr. Director:

El PSOE y la Iglesia frente a frente, vierten sus desacuerdos. La Iglesia, esa enemiga consumada, defiende una verdad: la Verdad que otros no quieren reconocer.

 

Para el mundo es difícil plegarse a una institución que predica (no siempre) con el ejemplo, pero aun así es temida porque su fortaleza es prestada y viene de Dios.

Aquel Jesucristo que la fundó sobre un pescador es también hoy el "siempre presente" que sigue llamando a la redención de las almas y de los cuerpos.

Jesús no obra en vano: la Iglesia, suya por querer divino y puesta a disposición de los hombres, es el instrumento de salvación. Sus leyes y sacramentos alimentan el alma y le dan vida para asumir el destino eterno.

Los que la rechazan sobreviven a duras penas y se debaten en la anorexia espiritual. Siempre habrá enemigos de la Iglesia, pero nunca será tan fuertes como para vencer a Dios.

Clara Jiménez

clarajim33@gmail.com