Pasados cinco siglos, América devuelve a la "madre patria" la frescura de la fe, la juventud y la radicalidad evangélica. El arzobispo de Panamá, José Dimas Cedeño, critica la propuesta gubernamental de legalizar las uniones homosexuales por ser contrarias a la misma naturaleza, la moral y las leyes divinas: "Si otros quieren deteriorarse y autodestruirse, allá ellos". Una transparencia envidiable, que podían emular algunos compañeros purpurados hispalenses.

 

Panamá debate estos días un proyecto de legalización de uniones homosexuales. El lobby rosa trabaja de manera coordinada en todo el planeta. En la Vieja Europea se encuentra con una sociedad adormecida, que ha abandonado sus criterios axiológicos y que observa la realidad con un desdén de escepticismo: "Si se quieren...".

 

Pero América es diferente. La sociedad es joven. Carece de formación, pero también de la malicia europea. Incumplen el mandato de fidelidad conyugal, pero no osan tratar de forzar la moral a su conducta. Y de la misma forma, observan como antinatural lo que a todas luces resulta contra natura: el "matrimonio" homosexual.

 

Pero por si no había quedado claro, el arzobispo de Panamá, José Dimas Cendeño, aprovecha la XII Asamblea Nacional de Pastoral Familiar para reafirmar su compromiso con el fortalecimiento de la institución familiar como remedio a la delincuencia y la violencia que azota el país. Educación, prevención y, sobre todo, familias bien constituidas son las claves que el arzobispo Dimas apunta para construir una sociedad desde bases sólidas.

 

Y, desde luego, esta sociedad no levantará estructuras estables con la legalización del "matrimonio" homosexual, calificado por el purpurado como antinatural y contrario a las normas morales y divinas. "Si otros quieren deteriorarse y autodestruirse, es asunto de ellos", insistió el prelado Dimas. Toda una bocanada de aire fresco y un toque de atención a las sociedades europeas. ¡Enhorabuena al arzobispo de Panamá por su claridad, transparencia y firmeza!

 

Luis Losada Pescador