No hace mucho, pocos días atrás, representantes de la Iglesia católica en la ONU, dieron explicaciones y pidieron disculpas ante una comisión de éste organismo, por los casos de pederastia y corrupción en ella surgidos.
Últimamente desde Juan Pablo II, la Iglesia Católica, ha realizado un ejercicio de humildad, pidiendo perdón por errores cometidos, incluso en siglos anteriores, que la honra. Al mismo tiempo que está poniendo los medios necesarios para combatirlos y que no se vuelvan a repetir.
Viendo éste gesto, pienso que todos los países miembros deberían hacer lo mismo por casos similares que ocurren en ellos, además de otros tan graves o más, como: provocar guerras, no respetar ningún derecho humano, pervertir a menores, no distribuir las ayudas que a ellos llegan, esclavizar en el trabajo a personas, incluyendo niños…etc.
Espero que los delegados de esa comisión se hayan sentido avergonzados en esa comparecencia. Personalmente y sin estar en ella, y ser un ciudadano corriente, así me he sentido.
J. R. Pablos