Sr. Director:

Los artículos de Antonio Gala en El Mundo atacando obscenamente a la Iglesia Católica es enfermizamente patológico. 

Más de la mitad de la mitad de sus opiniones van en ese sentido. Contrasta con el sumiso respeto hacia la religión musulmana. Hace poco, incluso se atrevió a vaticinar el fin del cristianismo como lo conocemos. Carlos Marx hizo lo mismo, y murió él antes que la religión, a Gala le pasará igual.

El radicalismo anticatólico de este escritor es rayano con el fundamentalismo laicista. No soporta a quién tiene la fe católica. Hace unos días hasta, en cierto modo, justifica la quema de iglesias durante la guerra civil porque dice que ésta institución "se mete en las instituciones públicas", refiriéndose a los comités éticos consultivos de los hospitales donde hay sacerdotes, o por la existencia de profesores de religión.

Desde su sección, Gala tiraniza sin piedad, canallamente, a los católicos, directa o indirectamente, faltándonos el respeto. Es valiente con quién sabe que puede. Habla de la antipatía que dice despertar la Iglesia, parece desconocer la que él despierta en personas que viven su religiosidad sin ofender a nadie, respetando las convicciones de los demás, cosa que desde su pedestal, altanero y creyéndose un diosecillo laicista no hace.
Josefa Bustamante Corpas

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