Sr. Director:
Noche del 12 de agosto de 2008. Siglo XXI, por tanto. Desde su sede en Alzira, Teleribera emite su ración diaria de ‘mira cómo te echo las cartas sobre esta mesa por dos euros el minuto, mientras me caliento la cabeza para alargar esta conversación, asunto complicado debido al escaso vocabulario que padecemos tú y yo'.
Uno de los videntes habituales, que lo único que ve claro es que o aguanta en esa silla o se muere de hambre, recibe en el 806 a una señora preocupada por un bultito que le ha salido a su hija en el pecho, que como la chica tiene miedo a ir al médico, aquí estoy yo, amor de madre, para ahorrarle el mal trago.
El aspirante a jarripoter utiliza su técnica habitual para pensarse la respuesta: baraja las cartas, corta el montón y las extiende, mientras emite comentarios insulsos cargados de ‘un poquito', ‘vamos a ver' y ‘jiji'.
Ante el televisor, mi mujer y yo asistimos a la operación con el corazón en un puño. Aunque ese desgraciado parece, por su edad, víctima de la logse, aún confiamos en que su cerebro retenga algo del sentido común de sus ancestros, y recomiende a la señora que acompañe a su hija al médico cuanto antes.
Pero las cartas están echadas, y el mameluco sentencia: ‘Que el bultito es benigno, no te preocupes'.
Y a otra cosa, mariposa.
Alberto Asensi Vendrell
albasen@ono.com