El buen dato de julio se produce justo en el momento en el que el BCE apuesta por subir tipos para combatir la inflación

Al final, las fuentes más agoreras, que hablan sobre un recalentamiento de la economía europea, parecen topar con la realidad. Así, mientras el BCE habla de una subida de tipos para combatir los precios, el IPC español de julio –estamos considerados unos de los países más inflacionistas de la UE- bajaba dos décimas y se colocaba en el 2,2%.

De hecho, la radiografía de la economía española parece ser justo la contraria de la que se plantea en Europa: el rebrote del paro registrado en julio puede ser un aviso de que la creación de puestos de trabajo crecerá a partir de ahora de forma más lenta.