- Ahora se trata de vender seguridad jurídica y de demostrar a los especuladores internacionales que España es un país serio.
- Claro que a esos especuladores sólo les interesa que se mantengan las subvenciones públicas, pero son influyentes.
- Los seis del CEC (Alierta, Botín, Fainé, FG, Galán y Brufau) ya han recibido el encargo.
- Con una inversión creciente -más financiera que de cartera- Moncloa no quiere que el cainismo español fomente la idea de una España arbitraria.
- Lo que más cabrea a los inversores es el precio de la energía… que no podrá bajar si no se pone coto las subvenciones de las renovables.
Los seis del Consejo Empresarial de Competitividad (CEC), son tres y tres: trío y troika. El trío que más manda es Emilio Botín (Santander), César Alierta (Telefónica) e Isidro Fainé (Caixa). A continuación está la troika: Francisco González (BBVA), Ignacio Galán (Iberdrola) y Antonio Brufau (Repsol) (en la imagen).
Pues bien, según informa Moncloa a los seis ya les ha llegado un nuevo encargo para que defiendan la economía española en los foros internacionales y en sus sectores. Ahora se trata de proclamar que España es un país con seguridad jurídica, una acusación que alimentan distintas multinacionales y alguna que otra embajada: por ejemplo, la embajada del señor Obama.
Y es que el dinero vuelve a fluir hacia España. No nos engañemos, por más que el Gobierno le guste radiarlo, lo cierto es que está llegando más dinero financiero que de inversión directa, es decir, más dinero especulativo que real.
Con todo el Gobierno está preocupado porque esta incipiente recuperación podría quedarse en nada si se sigue hablando de un concepto tan sinuoso como el de la inseguridad jurídica.
De hecho todo cambio legal implica seguridad jurídica, porque modifica las reglas del juego.
¿Quién se queja más de la presunta inseguridad jurídica de la marca España Pues los fondos internacionales, claro está, a los que lo único que preocupa es que se mantengan la subvenciones públicas que aseguran su inversión. Por eso han bramado contra las energías renovables -reducción de subvenciones- y por eso braman contra la ministra Ana Pastor -quien pretendía liquidar las radiales-.
Sin intereses espurios, claro está, pero no dejan de ser acogidos por la leyenda negra sobre la escasa seriedad de los españoles, tan habitual entre los depredadores de fondos de inversión y de capital-riesgo anglosajones.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com