Primero fue Blanco y ahora De la Vega. Dicen que hay que compatibilizar la legítima libertad de expresión especialmente en temas sensibles como éste, dice De la Vega en referencia al asunto Garzón. Por otra parte hay que ser respetuosos con las decisiones judiciales. Una posición escrupulosa, que sin embargo no concuerda con la práctica de muchos miembros del Gobierno. Primero, muchos muestran su apoyo incondicional al juez Garzón. Igual que hicieron cuando Vera y Barrionuevo entraron en la cárcel. A eso se le llama prejuzgar el fallo y presionar al tribunal.
Segundo. Entre los asistentes al acto se encontraba el secretario de Estado, Gaspar Zarrías. Y las declaraciones de Villarejo no fueron especialmente delicadas con el Supremo, sino más bien todo lo contrario. ¿Qué responde De la Vega? Círculos cuadrados, pero cuando se le pide aclaración, se remite a las declaraciones públicas realizadas a golpe de chuleta. No debe de estar demasiado cómodo un Gobierno que predica moderación y prudencia y tiene a sus miembros con ganas de sangre.