Sr. Director:
La 2 de Televisión española suele dedicar el documental de la sobremesa de los viernes, a los viajes. El del pasado viernes 30 de septiembre, se titulaba El Sur de Francia y estaba producido por Guías Pilot (Pilot Guides).
Quien quiera ver alguna información complementaria del mismo, puede hacerlo en esta página Web, que está ilustrada con una fotografía en la que hay una Ikurriña debajo de la cual, a modo de logo, está un supuesto mapa de un supuesto País Vasco.
El esquema de estos programas es siempre el mismo. Se selecciona un país, o una región del mismo, para recorrer y un viajero, en este caso una viajera, Christina Chang, hace de globe trekker (algo así, aunque no exactamente, como viajero trotamundos) y, nos enseña cuanto merece la pena en esa región.
Como digo el documental en cuestión estaba dedicado al sur de Francia; hasta ahí bien, pero cuando la intrépida viajera llega a Bayona, dice llegar al País Vasco (no al país vasco francés, no, al país vasco) al que define como un territorio entre Francia y España.
Y ahí empieza mi estupor. Le dedica al País Vasco un buen rato del documental y dice, entre otras cosas, la ya mencionada de que se trata de un territorio entre Francia y España, que es territorio muy activo y reivindicativo, etc. Además, delante de un mural en el que está pintado, ahora en grande y no como logo, un supuesto mapa de un supuesto País Vasco entrevista a un ¿nativo? del lugar que dice entre otras cosas que ya han conseguido que un 20% de los niños ¿vascos? que hay en Francia aprendan el euskera y que igualmente lo aprendan el 80% de los niños vascos que hay en España. Además, el entrevistado, para reforzar el interés patriótico/etnológico de la enseñanza del idioma, afirma que el euskera es una lengua que cuenta, al menos, con 5.000 años de antigüedad. Fantastic! exclama la viajera congratulándose ante lo que se plantea como una lucha tenaz y romántica de un País Vasco entre Francia y España. Se plantean esa entrevista, esas afirmaciones y esos datos como logros de un territorio presentado como oprimido y, repito, reivindicativo. En otra de las secuencias, la viajera se acerca a un mercadillo a comprar una boina vasca. Le hablan en francés y español pero ella dice que esen vasco ¿? Luego, para proseguir su viaje, compra un billete en una estación de tren donde habla con el empleado de la taquilla. Él responde en francés, pero ella afirma, cómo no dado el territorio en el que están, que lo hace, en vasco.
Independientemente de la monstruosidad, geográfica, histórica, lingüística, etc., etc. que significa presentar una región del sur de Francia, u otra del norte de España como un País Vasco territorio entre Francia y España, lo grave del asunto es que se presenta a ese supuesto país como una zona independiente, oprimida y reivindicativa frente a ¿ocupadores? como son Francia y España. Por supuesto no se hace mención alguna de que las reivindicaciones a las que sí se alude, llevan detrás de sí unos 1.000 muertos, decenas o centenares de miles de heridos (en cuerpo y/o alma) y millones, MILLONES, de amenazados. No se menciona la palabra terrorismo. No se dice una sola palabra crítica al respecto de los reivindicadores, no se dice que, por supuesto y gracias a Dios, ese supuesto País Vasco, QUE NO EXISTE mas que en la calenturienta demencia de algunos, no cuenta con el respaldo más que de los que respaldan a los asesinos que lo reivindican como tal. Nada de nada. Todo cuanto se dice o sugiere no es por lo tanto mas que una tremenda y repugnante mentira al servicio de los que matan.
A los de las guías Pilot (no quiero pensar en complicidad), en su evidente incultura y escasa profesionalidad, los terroristas les han colado un gol por toda la escuadra. Lamentable y triste, pero ellos, los de las guías, están en su derecho de dejarse engañar por los de la banda asesina. Lo que no es de recibo es que un documental como ese, se emita a través de una cadena de televisión española y pública. Una cadena que pagamos los millones de amenazados, las víctimas SOMOS TODOS- de los asesinos reivindicadores de ese supuesto y falso País Vasco.
A modo de nota al margen, diré que en estos días, en distintos temas y ámbitos de nuestra querida España, se dice que una palabra no es especialmente importante (pueden imaginarse dos o tres casos muy actuales a ese respecto). Yo creo que sí, por eso jamás hablo del País Vasco para referirme a esa magnífica, fantástica y ESPAÑOLÍSIMA región llamada Vascongadas.
Por último, debemos, todos, todas las víctimas, todos, exigir una explicación y una rectificación a televisión española. La señora Cafarell debe reaccionar, como mínimo, pidiendo excusas públicamente y cesando inmediatamente al responsable de la emisión de semejante documental. La autoridad correspondiente debe pedir a los responsables de las guías Pilot que se retracten y/o excusen por el documental producido y, por supuesto, que retiren del mercado el mencionado documental o lo reediten corregido. Creo que ya está bien. Si nos callamos, otorgamos; o lo que es peor, consentimos. Es hora de que las víctimas, TODOS, levantemos la voz y la cabeza. SOMOS MÁS Y NO NOS VAMOS A CALLAR.
Pablo García Ocaña
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