Porque insisto: sin caer en la teoría conspiratoria, que a veces acierta, y aún a costa de repetir que el mundo moderno no es el de las conspiraciones sino el de los consensos teledirigidos afirmo, insisto y resisto en que las cosas no pasan por que sí. Pasan porque detrás de los hechos siempre hay voluntades. Pero los datos no los tengo yo, los tiene David del Fresno.
En cualquier caso, sobre el aborto no callar ni un segundo, ni debajo del agua. Se pedirán cuentas por ello.