Sr. Director:
El Congreso de los socialistas ha sido noticia. No sé que se hayan preocupado del bienestar de los trabajadores ni de su protección frente a las injusticias de muchos poderosos. Hasta recurren al eufemismo para enmascarar la crisis económica actual, que va en aumento.
Parece que lo que importa de verdad son los votos, para establecer una ideología que arranque de raíz, si posible fuera, la tradición española y cristiana. El cristianismo, da la impresión de que buscan arrinconarlo socialmente. ¿Y si se echaran a la calle los cristianos? ¿No darían cifras falsas, no dirían que no son los suyos y despotricarían contra el PP y la Iglesia? De sobra saben que la mayoría de los votantes del PSOE son cristianos, y que deben gobernar para todos y con respeto a la fe del pueblo.
¿Que el Estado es aconfesional? Sí; pero, mire usted, los ciudadanos, a quienes debe servir, son cristianos en su mayoría y tienen derecho a que se respete sin trabas su Religión. No hace muchos años, estos fueron los datos de una encuesta: sólo el 13 % de los socialistas no son creyentes. ¿Tanto no habrá variado la cosa? Tratan de imponer el laicismo, la ideología de unos pocos que odian a la Iglesia.
¿Qué es el laicismo? La oposición a todo lo que suene a religioso, sin respeto a los derechos humanos en este punto. ¿Tardaremos en aparecer en la lista de países en donde no hay libertad religiosa, como China y países musulmanes, por ejemplo? El argumento del pluralismo es una disculpa para el laicismo. El pluralismo, ¿no ha de llevar al disfrute del derecho a la libertad religiosa sin restricciones, salvando el orden público, tal y como señala el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos? Discriminar a los católicos, mayoría en este país, es un desafuero.
Josefa Morales
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