De los tres niveles de la administración pública es evidente que donde más se despilfarra es en las autonomías, sobre todo en aquellas con ínfulas de Estado.
Sólo un ejemplo: la Generalitat catalana tiene en la actualidad 661 organismos de todo tipo y pelaje en los que participa de forma mayoritaria o minoritaria. Para hacernos una idea, el Gobierno catalán tiene más entidades que muchos gobiernos de estados europeos. Casi nadie sabe a ciencia cierta a qué se dedican 661 "entes" catalanes ni qué utilidad práctica tienen pero en sus consejos y direcciones se sientan un buen número de militantes, amigos y conocidos con generosos sueldos y dietas.
En vez de recortar en otras partidas, aquí es donde deberían ahorrar drásticamente Zapatero y Montilla.
José Martínez Tortosa