El sindicato USCA alerta sobre las consecuencias de la privatización de trece torres de control

Ana Pastor ha presidido la inauguración del 24º Congreso nacional de USCA, la Unión Sindical de Controladores Aéreos en Madrid. Su visita y el apoyo que ha hecho al colectivo con sus declaraciones -ha recalcado la importancia del factor humano, la profesionalidad y la necesidad de diálogo- supone un giro importante de 180 grados con respecto a la política de su antecesor, José Blanco, quien militarizó el servicio y llegó a enviar a la Guardia Civil a los aeropuertos cuando declaró el Estado de Alerta en diciembre de 2010, tras el abandono de los controladores de sus puestos de trabajo.

Ahora, la ministra se ha comprometido a escuchar los problemas del sector. En un acto que ha estado presidido por Miguel Ángel Serra, presidente de USCA, y al que ha acudido también el director de Navegación de AENA, Ignacio González, ha destacado "el papel esencial de los controladores en el tráfico aéreo", muy importante para nuestro país por su relevancia estratégica como medio de transporte esencial, "porque tenemos una situación periférica, territorios insulares, y sobre todo porque el sector del turismo es particularmente importante para nuestro país".  David Guillamón, portavoz del sindicato, ha resaltado el agradecimiento de los controladores a la ministra, que califica como "un sincero intento de recomponer una situación que había quedado muy maltrecha, y un acercamiento franco para resolver los problemas de este colectivo".  

En este 24º Congreso de USCA, entre otros temas,  se analizará, "el proceso de liberalización de torres, así como eficiencias en el proceso de formación de los últimos controladores que acceden a la formación mediante el pago por cursos de seis meses de cantidades que oscilan entre los 40.000 y 50.000 euros, y no dan cursos de radar para operar desde el control central".

La liberalización de las trece torres de control, tres para Saerco y 10 para Ferronats, implica, según fuentes de USCA, que aeropuertos tan cargados de tráfico aéreo en verano como el de Ibiza, si los controladores veteranos no se avienen a aceptar las nuevas condiciones de sus patronos privados, queden en manos del nuevo personal formado "en seis meses, sin una selección exhaustiva ni los duros controles de acceso que hacía AENA para sus cursos gratuitos". Señalan los controladores que sus nuevos colegas carecerán de la tutela necesaria que necesita cualquier trabajador menos experimentado cuando está comenzando a trabajar.  "No va a quedar ningún trabajador con experiencia en esas torres, y si encima el proceso de habilitación se acorta para los nuevos controladores, la calidad del servicio y la seguridad puede quedar en entredicho", señalan fuentes del sector.

Con respecto a los problemas de Ryan Air, coinciden con las opiniones de la ministra: "No se puede comprometer la seguridad de los viajeros por motivos económicos", y destacan los enormes problemas que plantean los aterrizajes de emergencia de la compañía para el desempeño del trabajo de los controladores.

Sara Olivo
sara@hispanidad.com