El vicesecretario andaluz dice no saber dónde está la noticia. Antes de las ayudas, registraba unas pérdidas de 60.000 euros.
En algo tiene razón el número 2 de los socialistas andaluces al criticar al PP por su denuncia, cuando ellos luego no lo aplican en sus filas. Y tiene razón si es verdad que es así, que podría ser. El Mundo informaba que la mujer del número dos del PSOE en Andalucía había recibido esa subvención para impartir cursos dirigidos a desempleados o pymes. La suerte que tuvo esta señora, porque según Libertad Digital, antes de esos años, registraba unas pérdidas de 60.000 euros.
Pero la razón de la noticia no es esa. A la gente de la calle le importa y mucho que se den estas actuaciones, aunque puedan estar dentro de lo legal, tanto en un partido como en otro. El problema es que, aunque el señor Velasco no lo quiera ver, todo el mundo parece entender que si a su señora esposa, que no tiene la culpa de serlo, ni de que su marido sea el vicesecretario socialista andaluz, le conceden una subvención es más probable que se la conceda por ser la mujer de, que por ofrecer los cursos (porque que ofrezcan cursos hay mucha gente, pero esposas de Rafael Velasco, hasta donde se sabe, sólo hay una).
Y eso, ciertamente, no es muy ético. ¿Que además va contra la Ley de Incompatibilidades de Altos Cargos? Pues ya lo dictará la Justicia, pero hasta entonces, encabrita a la gente que, como decía el Partido Popular en su denuncia, los políticos sigan instalados en los mismos vicios, malas prácticas y abusos. Mientras tanto, el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, ha afirmado que su partido está intentando conocer los criterios objetivos, públicos y de transparencia de las adjudicaciones.
Además, ¿qué son 730.000 euros? Comparados con la inmensidad del gasto público, son una gota en el océano.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com