La empresa suspende inversiones y se endeuda. Es lógico: al final, los Entrecanales, culpables de la situación, se han llevado 25.000 millones de euros. El 70% de los directivos en línea de salida. Tras la Junta de Accionistas, Rafael Miranda y José Bogas abandonarán la compañía

La italianización de Endesa será rápida y acelerada. El equipo de ENEL encargado de evaluar el futuro de la compañía prepara una reducción de costes salvaje y una italianización acelerada de la compañía: con los más de 25.000 trabajadores de Endesa se planean dos escenarios: la reducción a la mitad, con más de 12.000 empleos sobrantes, o rebajar el excedente en 10.000. Todo ello en un lustro. La reducción de costes tiene que ser durísima por la sencilla razón de que la matriz ENEL tiene una deuda disparatada y un plan de inversiones en generación que no puede desatender, nuclearización de Italia incluida. Una cosa es ser el Gobierno de Roma y otra el rey Midas.

Lo de los directivos de Endesa es peor: según el mismo equipo evaluador sobra el 70% de los directivos y técnicos de Endesa. Por cierto, la continuidad de Rafael Miranda nunca se ha planeado en serio. De hecho se intenta conseguir un acuerdo para que abandonen la compañía en la inminente Junta General de Accionistas. Con él se iría un hombre asimismo clave en la eléctrica: el responsable de generación, luego de todo el segmento eléctrico, José Bogas.

Y el horizonte no parece claro: el nuevo equipo presidido por Borja Prado Eulate ha paralizado inversiones y se ha endeudado. Podríamos decir que Endesa ha reducido a la mitad su capacidad de generación de recursos. La razón es clara: el verdadero ganador de toda la operación Endesa es la familia Entrecanales, que ha dado el mayor pelotazo de la historia moderna a costa de reestatizar una empresa estratégica que había sido privatizada, primero por el PSOE para culminar el proceso con el PP.

Cerrado el proceso ya puede hacerse balance: se sabe el cobro en metálico: 12.000 millones de euros. A ello hay que añadirle los 650 MW de hidráulicos requete-amortizados, con una valoración que ronda los 8.000 millones de euros. Junto a ello, 5.000 MW de renovables, casi todos eólicos, es decir, una remuneración mucho más sólida que la solar, con una valoración por encima de los 5.000 millones de euros. En definitiva, Acciona se ha llevado 25.000 millones de euros en una operación en la que nunca arriesgó ni un euro, donde compró a crédito y con el apoyo político del Gobierno Zapatero.

La operación Endesa es el espejo de la España de Zapatero: un país en disgregación sin vocación de continuidad, donde unos millonarios dan el pelotazo de su vida con la connivencia del Gobierno para que una empresa clave del entramado industrial español termine en manos, no de una compañía extranjera más rentable -ENEL era menos rentable que Endesa- sino en manos de un Gobierno que está dispuesto a pagar lo que sea por encontrar cuota de mercado. Eso sí, Berlusconi no es Creso, por lo que hasta las compañías públicas se ven obligados a sacar la podadera: por eso sobra la mitad de la plantilla en Endesa.

Eulogio López
eulogio@hispanidad.com