Mientras tanto, Bami Newco tan sólo tiene un edificio en explotación en Madrid La nueva Metrovacesa de Sacresa lleva velocidad de crucero. Desde la partición lleva invertidos 2.000 millones de euros. Eso sí, todos fuera de España: Londres, Alemania y Francia. En el país vecino le ‘tocaron además cerca de 2.000 millones de activos para gestionar provenientes de la antigua filial, Gecina.

La operación de Londres tiene una rentabilidad aparentemente baja, pero con las perspectivas del IPC británico y del mercado de oficinas en Gran Bretaña, se le puede sacar rentabilidad a largo plazo. Súmenle un derivado incorporado a la operación y Metrovacesa ya está obteniendo dinero en la ‘City'. Un monstruo. El nuevo consejero delegado, Jesús García de Ponga, es profeta que ya anunciara hace tiempo que sería el próximo CEO de Metrovacesa. La paciencia es la madre de los negocios. Así que marchando el negocio a velocidad de crucero no es extraño que la compañía se plantee invertir 1.400 millones de euros adicionales en la capital británica.

Más difícil está la situación de Bami Newco, la compañía refundada por Joaquín Rivero. Ha ‘robado' a la mayoría de los directivos de Metrovacesa, gente fiel a don Joaquín. Pero la cosa es que ahora demasiados jefes y pocos indios. De las 25 personas que trabajan en la nueva compañía, 22 son directivos o cargos intermedios. Mucho si tenemos en cuenta que sólo cuenta con un edificio en explotación en Madrid. La filial Gecina se gestiona desde París y se consolida en Madrid. O sea, que hay poca mano que meter. Así que a Rivero le están comiendo la oreja. Tiene masa gris para emprender nuevos proyectos. Pero -de momento- se le está adelantando su ex compañero y ahora enemiga Metrovacesa. El tiempo apremia.