Continúa la pugna sobre la película La Pasión de Cristo, de Mel Gibson. Nada más lógico. Vivimos en la sociedad de la imagen: la imagen es omnipotente y omnipresente o, como dijera el gran "filósofo" Javier Sardá, lo que se ve, existe, y lo que no se ve, no existe.
Pues bien, lo que ocurre con La Pasión de Cristo es simplemente que se ve y, por lo tanto, hoy, 2004 años después (quizás 6 años más), resulta que la crucifixión existe sólo que por vez primera. Simplemente, La Pasión se ve: esa es la diferencia. Y a partir, de ahí, cualquier cosa puede ocurrir. La progresía está muy preocupada.
Eulogio López