Si creíamos que la lucha por erradicar la presencia de los crucifijos era sólo un tema de España, estamos equivocados. En otros países, como Suiza, también la hostilidad contra los símbolos religiosos es muy fuerte, y así lo han constatado los obispos del país helvético.
Tal y como lo han manifestado, es un intento de confinar la creencia a la esfera privada, apartando cualquier signo de la vida pública. Sin embargo, para los prelados suizos, eliminarlos de la vida pública nunca será una expresión de tolerancia, sino de la intolerancia, pues impide la expresión pública de la fe cristiana. Informa de ello la Agencia Zenit.
Juan María Piñero
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