- Somos muchos los homosexuales que nos sentimos manipulados e instrumentalizados por determinadas asociaciones que se autodeclaran representantes únicas de los homosexuales en España. La realidad que se intenta ocultar es que la gran mayoría de los homosexuales somos personas totalmente normales y ciudadanos corrientes que vivimos nuestra homosexualidad con la misma naturalidad y discreción que la mayoría heterosexual y que huimos de determinados estereotipos fomentados por esas asociaciones y determinados personajes públicos que fomentan una imagen estridente, de acentuado histerismo y vocinglera de los homosexuales
- Un ejemplo claro de la manipulación a la que nos vemos sometidos es la instrumentalización de nuestra opinión respecto a Ley del Gobierno socialista que pretende equiparar el matrimonio con la unión de personas del mismo sexo. Nuestra lucha centenaria por el logro de determinados derechos poco tienen que ver con la injusta reivindicación de querer legislar dos realidades de por sí distintas de forma igual. Queremos nuestros derechos pero no a costa de cometer injusticias.
- No es justo que unas asociaciones marginales en cuanto a representación y número de socios, pero con omnipresencia mediática y que viven principalmente de la subvención y del dinero público, sean conocidos por los ciudadanos como únicos portavoces de los homosexuales y sean identificados por nuestros gobernantes como únicos interlocutores del colectivo homosexual. La paradoja se encuentra precisamente en que es la misma ciudadanía quien conoce, por medio de sus familiares, amigos, vecinos, conocidos, a los homosexuales que no nos sentimos representados por éstos
Asimismo la Plataforma Gay denuncia que actualmente, en España, un minoritario pero ruidoso lobby están promoviendo una campaña de opinión a favor del matrimonio homosexual, cuando la histórica reivindicación homosexual nunca ha ido en la línea de reivindicar el matrimonio y menos la adopción, pues entendemos que por encima de nuestras aspiraciones se debe legislar en todo momento por el bien de los niños. Se vuelve a confundir a la opinión pública, creando falsos derechos que merman el de terceros y, sobre todo, poniendo en juego la credibilidad del los homosexuales al no prevalecer el objetivo de buscar soluciones y legislaciones acordes a nuestra realidad. Objetivo que el anterior gobierno tampoco tuvo la gallardía de asumir, legislando a nuestro favor, desentendiéndose del problema y siendo cómplice indirecto de la situación actualmente provocada.