La llamada de atención resulta pertinente cuando el juez de la Audiencia Nacional, García Marlaska, deja en libertad a 5 de los 6 detenidos por pertenencia a banda armada. Aunque el ministro de Justicia, José Antonio Alonso, se empeña insiste en que la kale borroka es terrorismo, la realidad es que los jueces de la AN no acompañan.
Por otra parte, la relajación del discurso del gobierno, la declaración del Parlamento nacional y los contactos discretos entre miembros del gobierno y dirigentes de la banda terrorista han envalentonado a los "chicos de la gasolina" que han decidido volver a tomar la calle. Cajeros automáticos, sucursales bancarias y autobuses urbanos han vuelto a convertirse en el centro de atención de una kale borroka que había desaparecido con la política de "tolerancia cero".