Primer error a subsanar: la prensa ha caído por su politización, alineamiento, mal hacer... en suma, el fallecido es culpable de su fallecimiento.
Pues no señor: los periódicos actuales son los mejores de la historia, los más documentados y los mejor escritos. La prensa vegetal no ha muerto porque haya reducido su calidad sino por un cambio tecnológico. De la misma forma en que los últimos carruajes de caballos fueron los mejores, los más ligeras, los más veloces, con los mejores carruajes y los cordajes más flexibles y resistentes. Pero vino la máquina de vapor, la peor máquina de vapor de la historia y el tiro animal pasó a los museos. Nuestra prensa no es mala, es la mejor de la historia: por eso cae.
Ya ha sido sustituida por Internet. Y el cambio consiste en esto: de 5 multimedia de 5.000 trabajadores pasamos a 5.000 periódicos con 5 trabajadores cada uno. El poder dice que esto es ingobernable, pero es que el poder no quiere gobernar la información sino controlar la prensa. Lo que Internet hace ingobernable es ese control, porque la Red es incontrolable. Los periodistas no tienen que tenerle miedo a Internet. Todo lo contrario: es su futuro y, sobre todo es su futuro en libertad. Otra cosa son los señores de la Prensa.
Tercer equívoco: la prensa digital no tiene rigor. Menos mal, porque el rigor ha sido la máscara del control de la libertad de prensa por los editores -que son el primer poder- así como por sus aliados políticos, financieros y culturales. Y cuidado con este último, el poder cultural: es el más esclavista de todos. ¿Que en qué consiste el poder cultural? El poder cultural es lo políticamente correcto.
Es cierto que los digitales pueden resultar menos rigurosos pero dicen la verdad que ocultan los muy rigurosos medios tradicionales. Yo me quedo con la verdad antes que con el rigor.
No hay que tenerle miedo a Internet. Como en todo ámbito de libertad, en Internet está todo lo mejor y todo lo peor. Es lo que siempre ocurre con la libertad. Es mejor 5.000 emisores pequeños que 5 emisiones todopoderosos, que no es que estén vendidos al poder: es que son el poder.
Un ejemplo: la irrupción de la prensa electrónica ha servido para que el pensamiento católico, desterrado de los medios tradicionales, haya vuelto al proscenio.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com