Aunque ha fracasado en su reforma del sector ahorro, MAFO ya pide a los bancos que reduzcan oficinas y plantilla. El margen financiero se estrecha y, contra eso, de nada sirve recapitalizar

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), ha reconocido en la mañana del martes, que abordó tarde la reforma de las cajas de ahorros. Algunos pensamos que sería mejor que no lo hubiera abordado nunca, pero ya puestos a ello el fracaso ha sido tan estrepitoso que los plazos de la 'solución' se alargan  y, en resumen, al Gobierno le crecen los enanos. MAFO, por si acaso, ya se cura en salud: 2011 será un año, otro más, malo para el sector bancario

Ahora bien, destrozadas las cajas de ahorros por las fusiones y conversiones en sociedades anónimas decretadas llega la banca que también está en crisis.

No por morosidad, que colabora mucho, sino por el estrechamiento de márgenes sobre todo en el negocio típico, el margen de intermediación y margen bruto, que lleva años en descenso. Y contra eso nada vale la obsesión por capitalizar.

Fuentes del instituto supervisor advierten a Hispanidad que tras la reforma de las cajas tendrá que venir la de los bancos, no porque sean malos -las cajas tampoco lo eran- sino porque el margen se estrecha y la banca doméstica, bajo la tiranía de los mercados financieros, está llamada a reducirse de forma acelerada. Una tragedia como otra cualquiera, pero estamos acostumbrados a las tragedias. En definitiva, las nuevas normas internacionales de Basilea III aumentan en una dirección: oligopolio bancario de grandes entidades.

España es uno de los países más afectos, precisamente porque los bancos españoles eran los mejores... gracias a esa banca doméstica. No en vano, el principal grupo bancario de España, el Santander, ya advierte en su publicidad que su cuota en el mercado español ya es tan sólo del 15%.

Al final, en lo que MAFO insiste es en que los bancos cierren oficinas y reduzcan plantilla, que es lo que los señores de los mercados suelen entender por 'reforma'. Es complicado, pero cada vez menos, porque las carísimas prejubilaciones han des- sindicalizado el sector. En cualquier caso tras la reforma -desastrosa- de cajas viene la de bancos, y esa puede resultar aún más traumática.

Vamos con las cuentas de resultados, que es lo que importa. En 2010 el beneficio recurrente de la banca asciende al 40% del total del Ibex 34, pero si en ambos conceptos se añaden los provisionamientos bancarios por 19.559 millones de euros, la cuota de resultados bancarios sube hasta un elocuente 61% (padre, no me ayude Vd. más, que ya me arreglaré como pueda).

Por cierto, que esas provisiones se han instalado en los 20.000 millones cuando lo habitual eran unos 7.000. Esto es: son sólo 13.000 más (2 billones cien mil de aquéllas pesetas) que no empañan el rigor y la eficiencia de sus ejecutivos pero...    

Eso sí, el valor real (realizable) de los activos inmobiliarios en los balances bancarios goza de  una intimidad y secreto del que no participan los de las cajas, que han sido aireados de forma conveniente a su bancarización, sin duda por su menor alcurnia y abolengo.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com