Sr. Director:
Es sabido que el rendimiento escolar disminuye entre los jóvenes que pertenecen a familias desestructuradas, o cuando son aficionados al alcohol, las drogas o el sexo, conductas ligadas a una falta de control de la voluntad, tan necesario para sacar adelante los estudios. Lo que muchos desconocen es que la práctica religiosa actúa positivamente sobre el currículo. O así lo afirma Pat Fagan, investigador del Family Research Council. Los alumnos implicados en actividades religiosas pasan más tiempo haciendo sus deberes, logran mejores notas en los exámenes y es menos probable que abandonen el instituto (el 19,5% de los estudiantes que van poco a la iglesia abandonan los estudios, contra un 9,5% entre quienes van con frecuencia). Las causas residen en que la religión interioriza valores y propone unas normas éticas que precisan el vencimiento personal, fortaleciendo la voluntad, además de fomentar las propias expectativas y de evitar, en mayor grado, las conductas delictivas. Las familias religiosas son más sólidas, exigen más a sus hijos y hablan más sobre los proyectos futuros del niño, lo cual les da una estabilidad emocional adicional.
Cris Téllez
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La religión es buena para la educación
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