CEPYME reiteró en la noche del miércoles su apoyo a Jiménez Aguilar. La Junta directiva no llegó a aprobar la salida del secretario general. Díaz Ferrán retiró el cese de Aguilar del orden del día. La oposición exige que Díaz Ferrán pase por las urnas. Los críticos censuran la cercanía de Díaz Ferrán con el Gobierno. El dueño de Marsans reitera su apoyo al Ejecutivo: "Ha tomado medidas"
Las cosas ocurrieron como sigue. A las 9,00 de la mañana estaba convocado el Comité Ejecutivo. Debió ser tenso, porque aunque la junta directiva estaba prevista para las 11,00, no se inició hasta las 12,00. El comité amañado votó a puerta cerrada y de manera secreta la propuesta de cese del secretario general deTras el comité, la junta, que como acabamos de señalar empezó con más de una hora de retraso. Tiempo suficiente para que los ánimos se caldeasen todavía más. Díaz Ferrán no informa de lo ocurrido en las tres largas horas del Comité Ejecutivo. Tan sólo señala que suprime el punto 2 del orden del día en el que se preveía el cese de Juan Jiménez Aguilar.
Agarra la palabra el presidente para lanzar loas a su secretario general. Que si es un gran profesional, que si su honestidad, que si la CEOE no sería lo mismo sin él. Increíble. Ni una palabra sobre el "cementerio" de dos días antes ni sobre la pérdida de confianza. Juan Jiménez Aguilar, a su lado, aguantando el regalo envenenado, pero aceptando una salida digna y no por la puerta de atrás, marrullera, y cutre. Aplausos para quien ha sido número dos de la patronal española durante tres décadas.
Tras las loas, toma la palabra Juan Jiménez Aguilar para presentar su dimisión. No alegó motivos de salud como sí hizo Cuevas. Tras sus palabras, el desmayo conocido. Y el mogollón menos conocido. Los empresarios españoles se liaron. Unos pidieron que se votara aunque se hubiera quitado del orden del día. La mayoría aplaudió a rabiar a Jiménez Aguilar. Muchos censuraron que Díaz Ferrán fuera un "traidor", "blandito" y "vendido al Gobierno". Y es que en la misma junta volvió a repetir que el Gobierno "había tomado medidas". ¿Qué medidas?, se preguntan los críticos. Otros pidieron la convocatoria de elecciones anticipadas.
Al final, la cosa quedó con que el presidente preguntaría a su secretario general si se ratificaba en lo dicho. Pero lo relevante es que la Junta directiva de la CEOE no ha tomado todavía ninguna decisión, en contra de lo publicado.
La cuestión se complica porque en la tarde del miércoles, CEPYME acuerda apoyar a Jiménez Aguilar y exige el adelanto de elecciones. Por falta de legitimidad y por la división generada en el seno de una patronal que siempre ha funcionado como una balsa de aceite. Conviene recordar que Díaz Ferrán fue nombrado por Cuevas, que no fue elegido, que está asumiendo el mandato de Cuevas. Por eso, señalan los críticos, no tiene derecho a formar sus equipos. Por eso y porque la CEOE no es una organización presidencialista, sino asamblearia. Decide la junta directiva, no el presidente.
Así las cosas, la tozudez de Díaz Ferrán ha logrado arrancar la dimisión de Jiménez Aguilar. Pero en el mismo paquete se encontrará las espinas de la rosa: unas elecciones anticipadas en las que no tiene garantizada la victoria. Y menos si el proceso judicial que se sigue en su contra avanza a un ritmo superior al que lo ha hecho hasta ahora.