No es habitual que el Parlamento de un Estado haga referencia a las declaraciones de los líderes de otros Estados. Sin embargo, en Bélgica la Cámara Baja se permitió el pasado 2 de abril no tanto expresar su opinión sino criticar las palabras del Papa acerca de los preservativos. La cortesía diplomática y el respeto a la soberanía de los Estados no parecen contar cuando se trata del Vaticano.
Precisamente, en un comunicado de respuesta que publica en Español Zenit, El Vaticano se sorprende por lo inusual que resulta el acto realizado por el Legislativo Belga. La Santa Sede destaca los intentos intimidatorios y, en definitiva, los ataques contra Benedicto XVI para hacerle callar. El texto destaca también la buena acogida y la comprensión por parte de los africanos y de algunos miembros de la comunidad científica.