PEMEX tiene casi un 5% de Repsol
En México, hablar de privatizar el petróleo es casi como mencionar la privatización del sistema de pensiones en España. Un tema tabú, intocable. Los ingresos públicos son seriamente dependientes del petróleo y gracias al oro negro se ha podido practicar una política social que palie –al menos en parte- la pobreza y miseria del país azteca.
Sin embargo, desde la victoria de Fox (PAN) en 2000, se empezó a hablar de una posible liberalización y privatización de Petróleos de México (PEMEX). Nunca se ha hecho, porque la izquierda siempre se ha echado encima con el discurso de "quieren vender la riqueza de todos los mexicanos". Pero las multinacionales presionan. Y el sentido común, también. PEMEX está perdiendo oportunidades por culpa de una mentalidad totalitaria.
Así que la secretaria de Estado de Energía (uno de los ministerios más importantes en México) ha redactado una nota interna donde plantea la posibilidad de privatizar –al menos en parte- la explotación. Según sus cálculos, las reservas mexicanas se sitúan entre los 850.000 millones de dólares y los 1.500.000. Si los contratos variaran entre los 232.000 y los 409.000 millones de dólares, el beneficio del país oscilaría entre los 618.000 y el 1.091.000 millones de dólares. Y eso calculando por lo bajo, porque los cálculos están hechos sobre una estimación de 50 dólares el barril. Además, la vida de las reservas se alargaría entre 15 y 26 años. Un chollo que debe superar la prueba de la opinión pública.
Y ahí estarán las multinacionales esperando. Y es de suponer que Repsol tendrá una posición interesante. La relación con PEMEX no puede ser mejor. PEMEX es propietaria de casi un 5% de Repsol. De momento, contratos de prestación de servicios técnicos de exploración que dejan en la cuenta de resultados una presencia mínima. Casi residual. La cosa va para largo. Pero da la impresión de que se ha abierto la puerta.